Cuentos y Recuentos

miércoles, 1 de julio de 2009

El día que me descubrí prostituta

Palabras Iniciales:
Orlando Otero Díaz

Todos y cada uno de nosotros tenemos talentos que pueden ser desconocidos hasta para nosotros mismos…Quizás la acción clave es atreverse a hurgar en nuestro interior y descubrir que cosas nos gusta hacer y empezar a realizarlas. Es muy posible que al principio, no lo hagamos del todo bien e inclusive que decidamos sabotearnos la posibilidad de hacerlo mejor, pero hay que seguir adelante. Quizás lo que hasta ayer era impensable para nosotros poder hacerlo, hoy pueda ser una posibilidad de darle rienda suelta a nuestra propia creatividad de la cual en muchos casos seremos nosotros mismos los primeros en sorprendernos.

El día que me descubrí prostituta
Alex Ramírez

“Este es el diseño según el espacio que me propuso para su exhibición, ¡Woow…gracias¡ …la verdad que eres todo un artista, has interpretado lo que yo quería hacer con ese espacio, estoy seguro que ese negocio con la constructora se va a dar porque es lo que mejor se puede hacer allí y el presupuesto es razonable”.

De esta forma los clientes, a lo largo de mis años de experiencia van ensalzándome para hacerme creer lo bueno que soy, pero la verdad es que no soy una eminencia, pero tampoco soy de lo peor, considero que en mi oficio lo hago bien. Atiendo los clientes con amabilidad sin llegar a ser servil para lograr la venta, tratando de llevar a la realidad la idea que ellos quieren.

En algunos casos debo despertarlos de ese sueño alucinante publicado por la revista extranjera especializada, pues no se puede hacer un diseño para un espacio de 200 mts2 cuando el área de la cual se dispone es de solo 80 mts2.

En 12 años de ejercicio de mi profesión he visto como se acercan a la empresa personas con la firme intención de hacerse distribuidores de nuestros productos, a veces sin tener ni remota idea del problemón en el que se van a meter, no es que es difícil pero requiere cuidar mucho los detalles….

Un día cualquiera suena el teléfono “Sr. Le solicita fulano de tal que está interesado en vender nuestros productos…”
Luego de unos minutos me dirijo a recepción y una vez allí, las presentaciones no se hacen esperar:
“Nosotros estamos interesados en vender sus productos en un proyecto a gran escala”.
Es aquí donde comienza a repetirse ese factor común:”El tamaño del proyecto”
Creen que con esta referencia se les tomará mas en serio como empresa, pero la verdad es que la cosa causa un poco de risa no porque lo digan ellos, sino porque todos lo dicen. El proceso sigue su curso, se realiza el diseño, se calcula el presupuesto y el mismo se someterá a estudio.

Han pasado dos días en aparente calma. Tengo un mensaje de voz en mi celular, lo cual me causa gran molestia pero no me queda otra alternativa que escucharlo:

“Hola gordo soy la super nice...Gordo te llamo porque ya me entregaron mi apartamento y yo quiero que tu seas mi diseñador y poooooor supuesto la fabrique la empresa para la cual tu trabajas. Bueno gordo me llamas en lo que escuches este mensaje…ah por cierto…te tengo otra botella de ron. Byee”.

La super nice es un espécimen que en teoría nos traería muchas ventas pero en realidad solo anda buscando un mejor precio para su cocina fabricada en donde yo trabajo

Recomendados por una persona influyente en una de las direcciones de nuestra empresa llegan Andrés y su esposa con el interés de fusionar su ramo con el nuestro. Evidentemente, esta pareja no tiene ni la mas prostituta idea de lo que es un diseño por lo cual veo en ese hecho la posibilidad de negocio para mi. Sin demora procedo a realizar el primer diseño el cual es del agrado de todos. Apenas tengo la oportunidad hablo con el señor influyente:
“OK. Hablemos de negocios ¿Cual es mi comisión si yo realizo el diseño?”.
Fue aquí donde mi oportunidad de negocios se fue al ca…
“Yo les dije que tenían que buscarse un diseñador o que diseñen ellos mismos para que tu sigas con tu trabajo “.
Caí como Condorito: ¡Plop!

Ese mismo día en la tarde me visita un futuro distribuidor que funcionaría en otro sitio del país. Como quien no quiere la cosa trae un diseño que le sugirió su cliente y el cual ha tenido problemas en su versión craqueada del programa de diseño. En realidad creo que no tenia idea de lo que tenía que hacer. Montó el diseño en ocho minutos y ahora me solicita la cotización, la idea del porqué vino no está clara, pero vino y se llevó el diseño hecho por mí, esta vez la adulación sale a flote sin máscaras:
“Yo tengo unos 120 apartamentos en una ciudad del interior del país a los cuales hay que diseñarles muchas cosas, yo te voy a llamar a tu celular para decirte que busques el pasaje de avión y te vayas hasta allá para que las midas y las diseñes, yo te pago una semana de viáticos”. No supe si reírme o soltarle un zurdazo. Dos días después regresa para modificar el diseño que no había podido hacer en su computadora y que por lo visto aun no lo lograba. Esta vez, vino acompañado de su esposa que no deja de lanzar halagos:
“Me dice mi esposo que tienes siete años en el mundo del diseño…..”
“No señora son doce”
“Noooooo ni pensar en igualarte…Tu eres capaz de diseñar aún con los ojos vendados”.
En una tarde de estas que no estaba asediado por un futuro distribuidor que nos haría mega millonarios o por el personal de planta solicitando algún plano faltante me puse a pensar:

“Así se debe sentir una prostituta: deseada por todos, la vedette del momento, elevada por tantos halagos y luego desechada después de haber dado lo que todos querían. Que broma soy como una bicha, jinetera, geisha…o simplemente una prostituta. Me queda una interrogante por develar: ¿Si hay tanta gente beneficiándose con mi trabajo, porqué yo no me puedo beneficiar de él?”. A raíz de todas estas cavilaciones me he acordado mucho de un compañero de trabajo, el señor González, a quien no me queda mas remedio que darle la razón cuando dice que:
“Para ser puta y no ganar nada, es mejor ser mujer honrada”.







Pensamientos:


“El secreto es disfrutar siendo tú”
Diane von Furstenberg




“El pasado no te define. El presente sí “
Jillian Michaels




“Lo que cuenta son los ideales”
Robert Frost